Hace poco, la empresa completó el proyecto PRO-S financiado con fondos europeos, que incluía una evaluación sobre el ciclo de vida y la reciclabilidad de la revolucionaria tecnología del módulo. PRO-S® se basa en una fórmula patentada que utiliza proteínas bacterianas para absorber la luz ultravioleta y visible, lo que permite que produzca electricidad incluso en condiciones de poca radiación solar. De este modo, el módulo puede obtener una eficiencia mucho mayor que los paneles FV estándar, tanto en días nublados como soleados. Para Cristina Oliva, coordinadora del proyecto, la capacidad de reutilización es la innovación más importante que aporta PRO-S® al mercado. «A pesar de que actualmente se reciclan los paneles solares, se trata de un proceso muy caro tanto económica como energéticamente», afirma. «Lo más importante de este proyecto es el camino hacia la economía circular. El hecho de que un producto genere energía renovable no significa automáticamente que sea sostenible: si bien la energía es sostenible, se requieren recursos para fabricar y reciclar el producto: nunca debemos olvidar este aspecto», explica Oliva.
Por último, el módulo es opaco y personalizable, característica que Oliva destaca como una de la claves para la adopción y aplicación del producto: «PRO-S® está destinado principalmente a añadir valor a los edificios, no solo en cuanto a su estética, sino también por su capacidad para generar energía incluso con sombra». Los paneles PRO-S® también se pueden reciclar y reutilizar al final de su vida útil.
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October 2020
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